Ni todos los hombres ni todas las mujeres les favorecen ni las mismas mechas ni el mismo tono de pelo. Se debe adecuar las mechas al color base del pelo, de la piel y del corte de la cara. Las mechas, según su colocación, su color y su anchura, nos pueden favorecer más o menos, según la persona. Cuando acudimos a nuestro salón de belleza pensamos que lo único que nos va a favorecer son las mechas rubias, pero no es así. Colores como rojizos, cobrizos o, incluso, negro nos pueden dar un tono más delicado y personal, favoreciéndonos mucho más.
Según el grosor de la mecha podemos:
-Dar un reflejo al pelo muy difuminado o
-Marcar la mecha para que se note como tal.
Según su tono podemos:
-Hacer reflejos como rayos del sol, quedando muy natural y favorecedor, o
-Como en el caso anterior, marcar la mecha para aclarar tonos en el pelo.
Para mantener las mechas perfectas, debemos retocarlas, al menos, cada mes y medio, y, para mantener el brillo y el tono conseguido al aplicarlas, deberemos lavarlas con un champú adecuado y aplicar una mascarilla que las hidrate y las nutra al 100%.
Al llevar mechas no se debe abusar de las planchas, debido al aumento de la porosidad en el pelo, que hace que el pelo absorba más calor y se deteriore antes. En caso de que usemos las planchas, utilizaremos un protector térmico.
Los productos utilizados en los salones de belleza son cada vez menos agresivos. Lo último son las decoloraciones con queratina.
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